Ángeles Maestro.
Vengo de acompañar a las compañeros y compañeras del SAT que hoy, 1º
de mayo, han intentado ocupar la finca pública de “Las Turquillas”.
Cientos de jornaleras y jornaleros de todas las edades, jóvenes que se
incorporaban a la lucha y mayores con las espaldas y los cerebros
cargados de herencias de hambre y de combate, de sangre, sudor,
lágrimas, cárcel y muerte – como contaba César, responsable de los
jóvenes del SAT - realizaban, una vez más, la escenificación de la clase
obrera en lucha y sin trabajo frente a las vallas que cercan la tierra
que se les niega.
La Guardia Civil y el Ejército – hoy había en “las Turquillas” más
militares que nunca – bloqueaban el paso a 12.000 hectáreas de tierra
fértil que hoy sirven exclusivamente para mantener una yeguada. Todos
los aparatos del Estado para impedir que las manos y la sabiduría del
pueblo pongan a producir la tierra, más que necesaria que nunca para dar
de comer a una Andalucía con casi un 40% de paro.
Un Gobierno “de izquierdas”, del PSOE e IU, mantiene la finca en
poder de los militares, pese a que ya caducó el periodo por el que se
les concedió su uso. Como cobardes, se escudan tras las armas del
Ejército para impedir que la organización que concentra la mayor
voluntad de lucha y de dignidad de la clase obrera andaluza pueda
ocuparla. Todo menos permitir que el pueblo ejerza su soberanía y
demuestre que puede resolver sus problemas prescindiendo de los
parásitos que le roban.
Ha sido una mañana hermosa. El sol brillaba después de semanas de frío y lluvia. Tras la marcha y las palabras de combate de Diego Cañamero, Juan Manuel Sánchez Gordillo y otros compañeros y compañeras vino la comida al pie de la verja del núcleo duro de la instalación militar. Cada quien traía lo suyo y lo compartía con el resto
.
Los cantes improvisados de Gente del Pueblo en las voces de Jose
María Carrillo y otros compañeros pusieron palabras al torrente de
sentimientos allí acumulados: “Pintaron a Andalucía con guitarra y
pandereta, con volantes y lunares, con mantillas y peinetas. Existe otra
Andalucía, que canta por no llorar. Existe otra Andalucía, donde el
pueblo en su cantar, quiere gritar sus herías”. Ese pueblo que con su
lucha ha rescatado y recreado su cante respondía a la desesperanza
desgarrada de Antonio Machado: “España, la malherida España, de carnaval
vestida nos la pusieron, pobre, escuálida y beoda, para que no acertara
la mano con la herida”. Allí estaba el pueblo dispuesto a arrancar lo
que es suyo al capital, a los gobiernos que legalizan y perpetúan la
usurpación y a sus perros guardianes; a seguir el sendero de lucha de
generaciones anteriores, de derrotas y de esperanzas, porque es el único
camino.
Allí les dejé. Preparándose para organizar la ocupación; temporal o
permanente, ya lo verían. Otros grupos del SAT estaban ocupando fincas
en Jaen y en Lebrija para preñar la tierra de trabajo y construir la
vida. Cuidando todo mucho, como decía Cañamero, porque sabemos que al
final todo esto será nuestro, del pueblo.
Al ir a coger el tren he sabido que entre Jerez y Sevilla un hombre
se ha suicidado tirándose a las vías. Un jornalero, un parado, un
obrero, con las mismas caras, con las mismas voces, con la misma
historia detrás, ha echado su cuerpo al ferrocarril incapaz de contener
tanta angustia.
Los Botín y los Alierta, la duquesa de Alba y el duque del Infantado,
los Rajoy y Rubalcaba, el gobierno de “izquierdas” al que ni se le
ocurre tocar la propiedad de parásitos y ladrones, que no se atreve a
contravenir los dictámenes de la “Troika” porque son sagrados, mientras
el pueblo se muere de hambre; toda esa escoria de la humanidad ha
cometido el enésimo crimen contra la clase obrera matando a ese hombre
que no pudo más porque se le desgarraba el corazón y el cerebro. Jose
María Carrillo le habría cantado: “En tus carnes se clavaba, el dolor de
tus hermanos, que oprimen cuatro tiranos, y el maldito capitá. Era
tanta la tristeza que no pudiste aguantá”.
Ese muerto todavía caliente, los que han caído y los que caerán,
claman venganza y nos interpelan. Sabemos que los criminales
responsables de sus muertes jamás sentirán un estremecimiento y mucho
menos se dejarán expropiar las riquezas y los recursos entre los que se
pudren sus indecentes vidas y que la clase obrera necesita.
Sabemos que sólo el pueblo puede salvarse y asegurar la continuidad
de la vida. Avanzar en la construcción del poder popular es la
respuesta, hoy más que nunca.
El tiempo apremia y mañana es tarde.
1º de mayo de 2013
Ángeles Maestro es militante de RED ROJA,
Compañeros,quisiera estar fisicamente con vosotros, aunque lo estoy con toda el alma, pero no es hora de hablar del espiritu sino de estar presente en la lucha en carne y sangre, ayer mismo pensaba en viajar y unirme a vosotros. pero de momento me va a ser casi imposible tambien tengo mis propios enemigos. pero no dudeis que tanto si logro liberarme como si no, sabed que me siento como todo el pueblo que os apoya... porque no solo representais la ocupacion de una tierra, sino que salvais la dignidad de los que no son indolentes con el sufrimiento y la miseria con las que nos tienen encadenados. compañer@s Por la dignidad de los pueblos GRACIAS. la historia os dara la razon, y a mi un poco de verguenza por quedarme en mi casa, aunque no sea con gusto. PAN TIERRA Y LIBERTAD !!
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