Divide y venceras... una reflexión de dos compañer@s

Divide y venceras... una reflexión de dos compañer@s

De refranes y funcionarios...
Ya es hora de que los funcionarios abramos los ojos. Esa chica que se sienta en frente tuya trabajando para la empresa, la que creías que era hija de ese señor tan simpático con el que juegas al dominó en chipiona en agosto... no es lo que parece. Pertenece a LOS OTROS. Ella no pasó el rito de paso, iniciático, del “examen” y por tanto, no puede ser de otro modo, pertenece al enemigo, al complot juedeomasónico para destruir tu puesto de trabajo, tu familia, al vecino del quinto y si hace falta hasta la Navidad....
¿te suena de algo? A mi si... es a trazo grueso ese discurso simplista, el de los buenos y malos, el que pretende clasificar y etiquetar en base a líneas divisorias que a poco que uno se acerque a ellas se desdibujan y pierden nitidez.
También en el sector público de la Junta de Andalucía algunos han apostado por apoyarse en esa tentación tan humana de hacer la lectura simple, la que, si bien irracional e irreflexivamente, o precisamente por ello, permite clarificar el escenario de nuestro mundo para poder enfrentarnos a el sin las dificultades que entraña un análisis serio y a veces contradictorio y con repercusiones sobre nuestro propio papel, de los ¿por qué?, ¿cómo?, ¿quién?...
No es una práctica nueva, la barbarie se ha asentado en el pasado siempre sobre las infinitas posibilidades de manipulación que presta el discurso del “nosotros” contra “ellos”.
Curiosamente ese nosotros y ese ellos siempre divide a los de abajo, a los que tenemos que trabajar para ganar un salario, a los que no somos escuchados salvo una vez cada cuatro años para elegir “susto o muerte”....
Efectivamente. En el sector público andaluz han conseguido enfrentar a los funcionarios “vagos y privilegiados” con los empleados de empresas publicas, “deleznables enchufados arribistas”.
El clásico divide y vencerás que cortocircuita la posibilidad de que todos y todas los que trabajamos en el sector público podamos unirnos contra la destrucción del mismo, aparcando diferencias que tenemos (cómo no) entre tanto repelemos el ataque mayor.
¿y es que, a quién beneficia que los trabajadores del sector público nos enfrentemos? ¿Qué se oculta tras esta cortina de humo?
Asistimos a un proceso ordenado de desmantelamiento de lo público, un proceso que progresivamente ha ido externalizando, privatizando y precarizando las funciones y empleos del sector público en Andalucía. El proceso de reordenación y la Ley 1/2012 contra la que luchamos durante la legislatura que ahora acaba fue un eslabón más de una cadena iniciada por el PSOE y que ahora se acerca a su apogeo, una vez preparado el acto final de despidos y ERES en el sector con la reforma laboral del PP. Un acto final que ejecutará sin temblarle el pulso el que ya sabemos que es ganador de las elecciones andaluzas, el PPSOE .
La privatización y cierre de las empresas públicas discurrirá en paralelo a los EREs laborales y los procesos de reasignación de efectivos en la función pública (art. 20.g de la Ley 30/19841), paso previo a las jubilaciones forzosas, justo el método que ya se está siguiendo en Grecia (15.000 jubilaciones forzosas sólo este año de un total de 150.000 previstas) y Portugal y en el Estado Español en Cataluña, que arranca con el proceso de reasignación a 45.000 empleados públicos incluidos funcionarios que nos anunciaba el diario El País2... y cuando las barbas de tu vecino veas cortar....
Entre tanto, la cortina de humo se despliega con el falaz argumento de que sobran empleos en el sector público. En el momento de mayor crisis social, de mayor incremento de la pobreza, de la desigualdad y la necesidad3 el sector público y su función reequilibradora, redistribuidora y soporte es más necesaria que nunca.
Y es que necesitamos más que nunca que las áreas de políticas activas de empleo, de guarderías, servicios escolares y extraescolares, asistencia médica, protección social e intermediación, servicios sociales, vivienda pública, becas escolares, dependencia, funcionen al máximo de su capacidad y eficacia y para ello ningún gobierno que pretenda garantizar la cohesión y paz social puede sino reforzar el sector público.
La propuesta del PPSOE es la opuesta, desmantelarlo. El uno ya lo viene haciendo con la Ley de Reordenación, el otro con idénticas políticas en las Comunidades que gobierna. Y el argumento es que “sobran” empleos, porque “no son sostenibles”. Lo que no es sostenible es que los hijos de las 400.000 familias sin ingresos en Andalucía no puedan acceder a becas. Lo que no es sostenible es que el 30% de familias andaluzas en situación de pobreza no tengan una adecuada asistencia social que contrarreste la creciente desvertebración y desestructuración familiar a la que avoca la angustia del paro.
Y lo que no es creíble es que la solución del PPSOE pretenda hacernos comulgar con la rueda de molino de que adegalzando el sector se prestarán mejores servicios públicos.
La profunda convicción de la necesidad de sostener un sector público sólido es la que nos lleva a exigir, como objetivo número uno, el mantenimiento de todos y cada uno de los puestos de trabajo del sector público, NI UN PASO ATRÁS EN EL ESTADO DEL BIENESTAR.
Este reclamo prioritario no nos hará olvidar no obstante, que una vez detenida la sangría del desmantelamiento del sector, será necesario revertir el proceso de externalización y que por tanto será imperativo abrir procesos abiertos y transparentes de oferta de empleo para cubrir, ahora sí con todos los derechos y garantías que corresponde, los puestos del sector público andaluz. Los y las compañeras que actualmente trabajan en el sector público con condiciones laborales de precarización y derechos muy inferiores a los y las funcionarios y laborales, tendrán la oportunidad, en igualdad de condiciones y reconocimiento a su experiencia, de acceder a la labor de servicio público, una labor que es más que un puesto de trabajo, comporta la obligación moral de identificación con un modelo de sociedad en el que el servicio público compensa y reequilibra, provee de justicia social, una finalidad última que debería a todos y todas los que trabajamos en el sector, hacernos recordar lo trascendental de nuestra responsabilidad en un momento de crisis sistémica como el que atravesamos.
Ser funcionario, ser empleado público no es haber superado un examen, es ser consciente de esa responsabilidad.
Es el momento por tanto de alinearnos todos y todas en la defensa de todos y cada unos de los empleos que dan soporte a los servicios que presta el sector público, es preciso abortar la antigua receta del divide y vencerás y repeler la agresión esta vez unidos también con los trabajadores agredidos por la reforma laboral (compañeros y compañeras laborales del VI convenio y de sector público empresarial) así como con los ciudadanos perjudicados por la pérdida de servicios públicos. Como alguien dijo alguna vez, la unión... hace la fuerza.

Sergio Pascual y Auxiliadora Honorato
Delegados de la Junta de Personal en la Junta de Andalucía por el
Sindicato Andaluz de Trabajadores - SAT.
Tomado de  hayqpararleslospies

Comentarios