Apoyando a los opresores contra los oprimidos, asumiendo los intereses
de los poderosos, la iglesia negó el mensaje y el pensamiento de Jesús
Releyendo Os Primeiros Cristãos, Páginas de Historia, de
Irina Sventsitskaia,* medité durante días sobre la milenaria búsqueda
de dios por el hombre. Fue tan intensa esa reflexión que dediqué las
ultimas semanas a releer el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
Había leído el ensayo de la historiadora soviética cuando fue editado
en Portugal hace un cuarto de siglo; pero entonces no le presté la
atención que merecía.
En su importante trabajo Irina Sventistskaia se ocupa de mitos y
leyendas que surgieron en Occidente sobre los primeros cristianos.
Su estudio comparativo de los llamados Evangelios Sinópticos o
Canónicos (Marcos, Mateo, Lucas y Juan) sacralizados por la Iglesia y de
los apócrifos (Pedro, Tomé, Tiago, Filipe, André y otros) no
reconocidos por Roma, así como de las Epístolas de Pablo y sentencias de
muchos profetas hebreos, sigue actualísimo. La autora subraya que la
dificultad de reconstruir la prédica inicial de la doctrina de Jesús
depende mucho de las fuentes conocidas pero también de disputas y
conflictos antes que la Iglesia elaborara sus dogmas.
Irina alerta sobre el significado de la absorción por el cristianismo
primitivo de múltiples concepciones religiosas y éticas ampliamente
difundidas en el espacio del imperio Romano.
Décadas después de la muerte de Jesús, el cristianismo propagado por
sus discípulos y apóstoles se había difundido ampliamente en Oriente
cuando los evangelios canónicos empezaron a ser escritos. Pero entonces
ya generaban polémicas las contradicciones y omisiones de los textos
sinópticos relativos a las actividades y prédicas de Jesús.
En lo fundamental los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas coinciden.
Sin embargo, Marcos es omiso sobre el nacimiento del Mesías y la
virginidad de la madre. Mateo y Lucas atribuyen al carpintero José, el
padre, una genealogía que lo hace descendiente de David. Hay que
recordar que según la religión hebraica el Mesías seria de la estirpe
del rey David. Marcos cita los nombres de cuatro hermanos de Jesús:
Tiago, José, Simón y Judas.
Según Marcos, Mateo y Lucas, la Galilea fue el escenario principal de
la prédica de Jesús; para Juan, el Mesías predicó sobretodo en Judea.
La temática de la esencia de Jesús –humana o divina, o las dos-
generó incontables polémicas, originando escisiones que dividieron a los
primitivos cristianos. Los nestorianos, que han introducido el
cristianismo en Iraq, Irán, Asia Central y en el Extremo Oriente
atribuyen a Jesús (el Mesías, o sea Cristo) dos naturalezas, la humana y
la divina, que se fundían. Pero los monofisitas, que influenciaron
mucho las iglesias de Armenia y Georgia y la copta de Egipto, definían
su naturaleza como una e indivisible.
El dogma de la Santísima Trinidad (unidad de dios en el padre, el
hijo y el espíritu santo), impuesto en 381 por el Concilio de
Constantinopla, no puso fin a las disputas sobre el nacimiento de Jesús.
Para muchos, María concibió a Jesús por la intervención del espíritu
santo, sin relación sexual. Los hermanos del niño serian hijos de una
compañera anterior de José. Según otros, esos hermanos eran en realidad
primos.
Las cuestiones lingüísticas influyeron en las polémicas entre
cristianos. Jesús pregonó en arameo, el idioma hablado en Palestina (el
hebreo era solamente una lengua religiosa) y los evangelios sinópticos,
según la mayoría de los historiadores, fueron redactados en griego.
Discrepancias insanables serían resultantes de las traducciones.
Las sentencias de Jesús, sus discursos y prédicas también difieren de
evangelio a evangelio, tal como el papel del romano Poncio Pilatos, del
rey Herodes y del sacerdote Caifás en los acontecimientos que
precedieron a la crucifixión del Mesías.
Los historiadores romanos escribieron poco sobre Jesús y su martirio.
Fue solamente cuando esa religión desconocida llegó a Roma que mereció su atención para condenarla.
Fue solamente cuando esa religión desconocida llegó a Roma que mereció su atención para condenarla.
Los judíos la exorcizaron. Para Celso, un filósofo del siglo II,
María era una hilandera ignorante y el padre de Jesús no fue el
carpintero José si no el amante de la falsa inmaculada, un soldado
romano, desertor.
Tampoco existe unanimidad sobre la motivación del emperador
Constantino para conceder protección a los cristianos antes de
oficializar su religión. La mayoría admite que tomó esa decisión por
haber comprendido que la organización religiosa de los cristianos,
entonces ya numerosos, le podía proporcionar un apoyo político más
importante que lo de los sacerdotes del panteón greco-romano.
De ser así no se equivocó.
De perseguida, la cristiandad pasó a perseguidora cuando fue nombrada
religión oficial. Empezó inmediatamente a dirigirse al emperador y al
aparato de Estado para resolver sus problemas internos y punir a los
adeptos de otras religiones.
Un ejemplo: los obispos de Gália, reunidos en Arles, en el siglo IV,
amenazaron de excomunión a los cristianos que desertasen del ejército
imperial.
Simultáneamente, la iglesia ortodoxa de Constantinopla, que se
autotitulaba entonces «universal» declaró heréticas a todas las
religiones cristianas que no aceptaran sus dogmas.
En contra de las convicciones comunes, la formación de la jerarquía
de la Iglesia fue muy lenta. Inicialmente, los obispos (en ese tiempo
llamados presbíteros) no tenían funciones religiosas, eran meros
funcionarios administrativos, sin poder sobre los feligreses. Podían
incluso casarse. Los apóstoles, con la excepción de Juan, fueron todos
casados. El celibato solamente fue impuesto en la iglesia católica
después del Concilio de Trento, en el siglo XVI.
Pablo contribuyó decisivamente al ascenso de los obispos. En sus
epístolas repetía que la gracia de los apóstoles pasaba a los obispos.
Los cristianos debían seguirlos «como ovejas».
La tradición cristiana hace remontar la sucesión de los obispos al
apóstol Pedro. Pero se trata de una no verdad. Los nombres de los
primeros obispos son falsos. Fue ya en el cuadro de divergencias con la
Iglesia Ortodoxa de Bizancio que tuvo inicio la tradición de que el
Papa, jefe de la cristiandad católica, sea el obispo de Roma.
Irina afirma que la posición de Jesús ante la riqueza y la pobreza
fue enmarcada por muchas contradicciones. Dirigiéndose sobretodo a los
pobres, repitió insistentemente que era difícil a un rico entrar en el
reino de los cielos. Pero la renuncia a la riqueza le aparecía solo como
un medio para recibir la recompensa del Señor. Sin embargo, nunca la
condenó explícitamente, ni el sometimiento a un poder extranjero. Su
celebre respuesta a una pregunta sobre el pago del tributo a Roma- dad
al César lo que es de César y a dios lo que es de dios –continua
suscitando controversia; incomoda a los cristianos.
Igualmente incómoda para la cristiandad es también la tentación que
Jesús sintió en el desierto. Como profeta podía sentir tentaciones, pero
no como ser divino.
La actitud de Jesús frente a la religión mosaica (pre judaísmo) fue
también ambigua. Su conflicto con los sacerdotes del Templo no pudo
apagar su respeto por algunos rituales hebreos. Su herencia judía emerge
de una sentencia famosa encontrada en un papiro: «si no guardares el
sábado no verás al padre». La ruptura total del cristianismo con el
judaísmo fue posterior a las epístolas de Pablo.
En lo que concierne al culto mariano se olvida que surgió como fenómeno tardío a fines del siglo IV.
En el Nuevo Testamento son escasas las informaciones sobre
la madre de Jesús. Los primeros cristianos le han prestado atención
mínima. En las Epístolas de Pablo ni siquiera es mencionada. Fueron los
evangelios apócrifos los que han difundido la imagen legendaria de la
Virgen María.
El llamado Evangelio de los Hebreos atribuye a Jesús una
afirmación polémica: «El espíritu santo es mi madre». Pero en las
parábolas, metáforas y alegorías de Jesús no hay referencias a María.
El culto de María fue instituido por la Iglesia a partir del fin del
siglo IV, pero la «inmaculada» solamente fue reconocida oficialmente
como «madre de dios» en 431; las fiestas en su honor han sido
introducidas bastante más tarde, coincidiendo con fechas de fiestas
paganas. Con el tiempo el culto mariano adquirió una expansión
impresionante. Hoy la Virgen María es adorada en decenas de países con
nombres diferentes. En Portugal tenemos, entre otras, la milagrera
Nuestra Señora de Fátima.
Los manuscritos gnósticos encontrados en Egipto después de la segunda
guerra mundial fueron considerados heréticos por las Iglesias católica y
ortodoxa y por diferentes iglesias protestantes, pero dejaron huellas
en la dogmática cristiana abriendo nuevas polémicas sobre la vida y
mensajes de Jesús.
Irina Svenstskaia enunció una evidencia al afirmar que nunca existió
una doctrina cristiana única y armoniosa y que los cristianos
discutieron permanentemente unos con los otros sobre los dogmas, la
ética y los rituales de su religión, divergiendo incluso sobre el
nacimiento y la muerte de Jesús, el Mesías.
El lucido ensayo de Irina nos hace recordar que el cristianismo fue
creado por «hombres que pretendían encontrar una salida ilusoria para el
impasse sociopsicologico» en que se encontraba la sociedad arcaica de Palestina.
Fueron los arquitectos de una religión que tuvo influencia decisiva
en el rumbo de la humanidad. Pero su ambiciosa meta no podía ser
alcanzada.
Transcurridos 20 siglos el balance de la participación de la Iglesia
como institución – especialmente la católica- es muy negativo. Apoyando a
los opresores contra los oprimidos, asumiendo los intereses de los
poderosos, sobretodo el alto clero, negó el mensaje y el pensamiento de
Jesús.
Vila Nova de Gaia, 20 de Agosto de 2014
*Os Primeiros Cristãos-Páginas de História, Irina Sventsiskaia, Editorial Caminho, 315 págs., Lisboa, Fevereiro de 1990.
La Haine
http://www.lahaine.org/mundo.php/cristianismo-historia-mitos-y-leyendas
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