"... Es tiempo de
reivindicar al joven Enrique, enamorado impetuoso y rebelde. Reivindicar
el amor compartido con Laura, a ella dedico este relato recreado
después de tanto escuchar a quienes tenían algo que decir de Enrique
Maza Carvajal. Reivindico a Laura como parte indispensable no sólo en la
vida de nuestro héroe, sino en la construcción de un proceso del cual
fueron protagonistas los jóvenes chilenos y los internacionalistas de
todas las latitudes..."
Dedicado a Lali y a Enrique, por supuesto.
Rezagada,
entre los últimos pasajeros, se asoma a la puerta del antiguo
transporte, una chica de grandes ojos verdes, de cabello castaño dorado
liso cayendo sobre su cara y hombros. Enrique cruzó su mirada con la de
la hermosa muchacha y pendiente de ella,
el joven le seguía dando
instrucciones a sus compañeros. Estableció los distintivos, asignó
tareas coordinó logística. Cuando estuvo todo claro se subió en la
escalerilla de la micro y explico brevemente la situación del país y la
importancia de desarrollar el trabajo voluntario con entrega y
compromiso, terminó con una arenga, haciendo referencia a la tarea que
le tocaba a ese grupo, recoger el trigo y llevarlo a los molinos: "En
media hora salimos con rumbo a los molinos de viento. Como quijotes,
este será nuestro aporte como juventud a la defensa del gobierno del
compañero Allende", exclamó, recibiendo de inmediato aplausos y
algarabía. Mientras se dispersaba el ruidoso grupo Enrique se acercó a
Laura y le dijo: "Debes ser el ser vivo más hermoso que he visto en toda
mi vida… incluyendo las estrellas". La extraña expresión la hizo reír y
sonrojar. "En serio –continuó Enrique, mirando enamorado su dulce
rostro- eres la mujer más linda del mundo". La personalidad de Enrique
era de una potencia increíble, según Laura, de una alegría que no podía
explicar. En medio de conversaciones serias hacia chistes, cantaba,
bailaba y ponía caras divertidas.
Iniciada la
segunda mitad del año 1972 se profundiza la agresión contra el Gobierno
de Salvador Allende, ahonda la crisis económica, social y política que
llevaría finalmente a ejecutar un Golpe de Estado. Uno de los
protagonistas de aquella gesta de traiciones fue el gremio del
transporte, que inicia una secuencia de huelgas recordadas amargamente.
Tiempo después se conocería que la inyección de decenas de millones de
dólares a través de la CIA y otros organismos norteamericanos, a la
Asociación de Transportistas fue la gran motivación “patriótica” para
desencadenar lo que se conoce como la historia más cruel de Chile
republicano. Industriales y empresarios opositores iniciaron cierres de
fábricas. Los medios de comunicación, en especial El Mercurio, jugaron
un triste pero determinante papel al servicio de los intereses foráneos.
Tras la desclasificación de los archivos secretos de la CIA, se supo
con claridad la descarada participación de los Estados Unidos en la
debacle económica chilena. Había tenido éxito la aplicación del mandato
hecho por el presidente Richard Nixon de hacer “aullar” la economía
nacional.
Se inician las
largas filas para conseguir alimentos, se prolonga la escasez y
desabastecimiento, el boicot a la industria alimenticia, las corridas
financieras, el sabotaje en todas sus expresiones. Las empresas
estadounidenses amenazaban con embargar la exportación del cobre,
esencial para las finanzas del país. Ante la crítica situación desatada,
el presidente Allende convoca a toda la juventud del país a organizarse
para suplir entre otras cosas, la distribución de alimentos. El pueblo
organizado y el movimiento popular crean medidas colectivas con el
objetivo de paliar las graves consecuencias que genera el boicot interno
y externo.
El sabotaje al
cobre, principal producto exportador, nacionalizado por Allende,
comienza a surtir efectos negativos en la economía familiar chilena.
Señala Allende
“…el cobre
valía 59 centavos la libra en el año 1970, y nosotros no alcanzamos un
promedio de 49 centavos la libra. Hemos dejado de percibir 175 millones
de dólares menos en el año 1971 y este año (72) produciendo más cobre
vamos a obtener menos entrada en el precio internacional del cobre. ¿Y
quién fija el precio internacional del cobre? El mercado del cobre. ¿Y
quién maneja el mercado del cobre? Estados Unidos. ¿Por qué? Porque si
Estados Unidos tira 100 mil toneladas, 50 mil toneladas de sus reservas
estratégicas, baja el precio del cobre. Entonces, estos son los
problemas que no pueden dejar de entender los obreros”.
Vale mencionar
que tres décadas más tarde la CIA aplicaba el mismo libreto en
Venezuela, lo que no es coincidencia, sino una política de estado,
atacar a gobiernos progresistas. Se acusa al Presidente Allende de
dictador y la SIP, la misma Sociedad de Información y Prensa que acusa a
Venezuela, reunida en Santiago lo señala de vulnerar la libertad de
expresión. El país está técnicamente paralizado por casi un mes. Allende
decreta estado de emergencia. Se crean los llamados cordones
industriales, las Juntas de Abastecimientos y Precios (JAP) y otras
formas de participación popular. La derecha articulada y financiada por
los Estados Unidos pide la intervención estadounidense.
En busca de Laura / la pasión necesaria
Una de esas
historias que busqué hasta encontrar ha sido la de la segunda novia de
Enrique, sobre esta historia de amor en tiempos de revolución trata este
artículo. Al final de un día de búsqueda agotadora me encuentro por
casualidad con Diego, una de las personas que mas conoció a Enrique
desde el ámbito personal hasta el político/militante. Me dice que
Enrique tenia dos novias en paralelo. Que no me puede explicar a cual
amaba más pero que por Laura sentía una verdadera locura y pasión. Era,
decía él, una pasión inevitable, indispensable, estaba atado a ella por
el hilo de una pasión que crecía en el combate librado todos los días
por defender a la revolución. –es como si no pudiera desligar una cosa
de la otra-. Sin embargo, había cierto código de honor con Claudia ”a
quien también amaba”. Esto se lo reprochaban sobretodo las compañeras
del grupo de venezolanas que lo vieron siempre como un niño, “en
realidad todos los vimos como un muchacho. Si era el menor de todos”.
Pero donde se crecía era en los temas políticos, un elevado nivel de
conciencia, gran capacidad de análisis, de lectura, era casi una regla
para los miristas en esa epoca. “El era de lo mas profundo en cuanto a
compromiso con los trabajadores y su causa revolucionaria, que había en
ese grupo”. Cuando sale a la luz su relación con Laura se produce un
quiebre emocional en el, eso ocurrió los primeros días de septiembre del
73. Desde ahí paso días y noches enteras en los cordones industriales.
“Andaba callado, también la situación en septiembre era tensa y
amenazante, la sensación de golpe era fuerte. Los obreros hacían
guardia, los estudiantes, todos en los cordones industriales. Y ahí
estaba pellizco”.
Con esos
detalles fui en busca de Laura, tarea difícil pero di con su paradero
alguien menciono que Ella había sido el verdadero amor de Enrique. Otra
persona tanteo la posibilidad que las amara a las dos. Que cuando fue a
plantearle la existencia de Claudia, no llevaba la intención de terminar
con Laura. Todos le dieron consejos pero estoy segura que dejar a una o
la otra no paso por su cabeza. Creo que en esas cosas de juventud,
presionados por el momento histórico que vivía, solo quiso decirles la
verdad.
Es tiempo de
reivindicar al joven Enrique, enamorado impetuoso y rebelde. Reivindicar
el amor compartido con Laura, a ella dedico este relato recreado
después de tanto escuchar a quienes tenían algo que decir de Enrique
Maza Carvajal. Reivindico a Laura como parte indispensable no sólo en la
vida de nuestro héroe, sino en la construcción de un proceso del cual
fueron protagonistas los jóvenes chilenos y los internacionalistas de
todas las latitudes.
Sin un libreto
establecido empezamos mi hijo Rudy y yo una conversación que duro más de
tres horas, nosotros inamovibles ante cada palabra, cada expresión de
sus ojos y sus manos. Ese invierno de 2013, muy frío y gris, se nos hizo
inolvidables. Laura nos preparó un café en la cafeterita antigua que,
llena de nostalgia, adquirió y que durante mucho tiempo le trajo
recuerdos de tiempos felices.
La adolescente
Laura, estudiante del Colegio Santa Catalina, militaba en las juventudes
comunistas en la comuna de Peñalolén Alto, desde donde se divisan las
luces de Santiago. Conoció la lucha de Allende desde muy temprano.
Asimiló las lidias de los obreros de la mano de su padre, quien le
contaba cuánto había aprendido del sindicalismo chileno, su historia, su
fuerza, su compromiso político, de cuántas veces se encontraba con
Allende a través de la lectura, de las proclamas y discursos.
El encuentro / Los Cordones Industriales:
Entre las
tareas que Allende asigna a los jóvenes está la de apoyar la red de
distribución de alimentos, desde las comunidades productoras hasta la
distribución en las Juntas de Abastecimiento y Precios, JAP. Los jóvenes
se concentraban en el recién inaugurado edificio de la UNCTAD [1], hoy
Gabriela Mistral, desde ahí coordinaron y organizaron su masiva
participación atendiendo el llamado del Presidente Allende para asumir
tareas de vanguardia en la distribución de alimentos que escaseaban
producto del plan de desestabilización montado por la anti patria y
financiada por la CIA. Laura estuvo en el grupo que coordinaba Enrique,
cuya tarea era la de apoyar a los agricultores y recoger en la comuna
agrícola de Lampa, al norte de Santiago, sacos de trigo para llevar al
molino San Cristóbal ubicado en el cordón Vicuña Mackenna. El vinculo
entre los jóvenes revolucionarios se estrecha en la dura jornada de 16
horas que comparten, al calor de los trabajos voluntarios. Ambos
participan de la vida política, militan en partidos de izquierda.
Enrique en el MIR, con una visión critica pero de apoyo incondicional al
Gobierno de la Unidad Popular. Laura en las Juventudes Comunistas,
JJ.CC, conocida como la Jota. El MIR enviaba notas, generaba medios de
comunicación que advertían al Gobierno del posible Golpe de Estado,
análisis que no eran atendidos. El partido de Enrique planteaba la
entrega de armas al pueblo para la defensa de la UP, Unidad Popular,
cuestión que era duramente rechazada por los demás partidos del bloque
de unidad.
La militancia
del MIR asume de lleno la tarea de conformar y fortalecer los cordones
industriales, intervenir y estatizar empresas que eran cerradas con la
intención de asfixiar la economía. Enrique asumió tareas más relevantes
en apoyo a los trabajadores que conformaban los Cordones Industriales,
particularmente el Cordón Vicuña-Mackenna, ubicado en pleno centro de
Santiago. Junto a otros universitarios y profesionales venezolanos e
internacionalistas de otras nacionalidades, asumió de lleno la tarea de
apoyar a los trabajadores en la fábricas Tizol, Zeus, IRT, entre otras.
El MIR a esas alturas paso a una semiclandestinidad. Sus militantes se
reunían para analizar los avances del enemigo y la incapacidad del
gobierno y de los aparatos de seguridad para detectar por donde sería
ese avance. En medio de la tensión, había espacios para que el joven
Enrique pudiera divertirse y encontrarse con sus pares chilenos,
venezolanos y de otras latitudes en los bares famosos que dieron vida a
la bohemia donde la reconocida intelectualidad desencadeno su prosa
combativa.
La juventud marcha por Allende / inicio del pololeo
Meses después
de aquellas jornadas, en medio de una de tantas marchas que
protagonizaron los jóvenes allendistas, cuenta Laura que va junto a sus
compañeros de la Jota de Peñalolén y alguien empieza a saltar y hacer
señas exageradas -“hola, hola” jajaja..Dios¡¡¡ por fin te encontré¡¡
–se ríe feliz Enrique en un gesto de hablar al cielo-¿te acuerdas de mí,
te acuerdas de mí?” –repite.
- Pero déjame ver que me estoy perdiendo
de mis compañeros de la base…¡¡- reclama sin mucha convicción Laura.
–“no, no importa, no importa porque te quedas conmigo, te quedas
conmigo” exclama Enrique, deteniéndola en medio de la avalancha de
personas –besándo y abrazando a la asombrada chica. –
ariaapasionado.epararse del muchacho.erias hacia chistes, cantaba,
bailaba, ponia udaba y proponia s. existen de la ciudadania,Ni siquiera
sé bien quién eres –dice Laura al separarse del muchacho.
Enrique hace una exagerada reverencia colocando una mano detrás de su espalda inclinándose y extendiendo la otra:
- Me presento señorita Laura, soy su admirador enamorado, Enrique Maza Carvajal, venezolano de la misma tierra de Bolívar, estudiante de último año de Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Chile, de 21 años de edad, vivo aquí cerquita –señalando pícaramente hacia la llamada remodelación San Borja, el condominio más moderno de Santiago para la época. –¿Suficiente? –pregunta impaciente mientras oleadas de manifestante habían arrastrado a sus respectivos grupos calles abajo –¿puedo besar a la niña mas bella que mis ojos han visto? –Es que no debo perder a mi grupo –señaló la joven con débil preocupación. -“no importa, yo quiero que te pierdas de ellos.
Tenía mucha
energía mucha alegría, era apasionado. Contó en ese momento que
trabajaba voluntariamente en los cordones industriales, en Tizol, que
algunos días iba a la universidad a pasar clases obligatorias y
reunirse con su grupo de análisis político. En medio de la larga charla
en la que Laura exigía detalles de cada relato, Enrique le dice ahora
pregunto yo -¿qué haces tú para ser tan bella? - Laura se ríe
tímidamente e imita un golpe en la mejilla –contigo no se puede hablar
en serio -es en serio¡ necesito saber con qué te lavas la cara para
darle el secreto a mis hermanas? Tengo una ¡que lo necesita urgente! …
Si me escucha Marisabel ¡me mata! -rio a carcajadas Enrique.
Cuenta Laura
que refiriéndose al momento político que vivía Chile, le dijo mucho más
serio, que se venían días terribles, que la lucha de clases había
comenzado a evidenciar la desesperación de la derecha, la intervención
de los Estados Unidos, pero que peor aun dejaba en claro las debilidades
del proceso de la UP, que era urgente organizarse para defenderlo, que
había que prepararse incluso para momentos de mayor confrontación. Sin
darse cuenta Laura asiste, entre caminatas y zaguanes de la noche
santiaguina, a su primera de muchas clases de educación política
militar dictada por el venezolano. Tienes que estar preparada, las cosas
se han ido deteriorando, las condiciones de vida, la capacidad de
reacción del gobierno ante el boicot, por lo que urge que los jóvenes
asumamos papel mas protagónico, que se acelere la entrega del poder al
pueblo, las fábricas a los trabajadores la tierra a los campesinos. “…Y
después de eso me acuerdo fue nuestra noche, yo recuerdo esa noche esa
tarde absolutamente vivida con el contándome sobre su historia y
hablándome sobre la revolución latinoamericana… tantas cosas en ese
periodo tan maravilloso… ese encuentro fue realmente lindo estuvimos
hasta muy tarde ya dejaban de pasar gente, porque a un principio
pasaban y pasaban personas y después dejaron de pasar y nosotros
seguíamos sentados y él seguía explicándome y teníamos tema para mucho
rato”. Relata Laura con los ojos húmedos de emoción.
Remodelación San Borja, torre 7, piso 3
“Desde esa
tarde no nos separamos nunca mas, nos veíamos a diario, yo bajaba de mi
comuna como podía, me quedé en su casa muchísimas noches en San Borja…
ese fue nuestro nido de amor. Y empezamos a pololear. En Chile novia es
cuando tú estás comprometido para casarte. Yo nunca me considere novia
de Enrique, yo era su polola.... Enrique compartía el departamento con
otros tres paisanos suyos Juancho, Luis y Toño. Pero a ese lugar
llegaban todos los venezolanos. Cada vez que llegaba a ver a Enrique él
tenia un tocadiscos a todo volumen y escuchaba de un disco de los
Charchaleros sólo la canción “Zamba de mi esperanza”, luego de
Quilapayun nada más que el Venceremos y el Pueblo Unido, repetía una
sola canción hasta que alguien reclamaba y el hacia una payasada,
bailaba o hacía como que iba a boxear con quien le reclamara la repetida
canción. Esos venezolanos eran todos allendistas, de izquierda,
militaban hacían trabajos voluntarios, eran jóvenes muy unidos. La
mayoría estaba en ingeniería de la Chile, venían todos del cierre de la
universidad venezolana.
En esas
reuniones no todos coincidían con los análisis de Enrique cuyo partido
sostenía que se planificaba un golpe, que era un una aventura que estaba
tramando la derecha. Analizaban lo que sucedía en Brasil y Uruguay
donde ya se habían concretado los golpes dictatoriales. Laura intervenía
en los análisis, junto a otros venezolanos, no podía concebir que
pasara lo mismo Chile. Iniciado el año 73 la situación fue más clara
habría golpe, y seria cruel, sin embargo, ningún análisis planteó la
barbarie que vino después.
El boicot/ los apagones / la despedida
Relata Laura
“Hubo un periodo de muchos apagones, que promovía la derecha, habían
apagones generales en la ciudad de Santiago seguidos a diario, muy
prolongados a partir de junio, y en esos apagones yo me quedaba en San
Borja, con Enrique toda la noche y ahí me doy cuenta, nos damos cuenta,
que estamos absolutamente enamorados “hasta las patas” como se dice en
Chile … “yo no había tenido relaciones nunca, el fue mi primer hombre,
el hombre ideal, mi primer amante… en un momento, ya avanzado el 73
pensé que me había embarazado… porque no me llegaba el periodo, me
asusto no quiero decirle a Enrique y le comento a una amiga de Pellizco
que en vez de ayudarme, desata lo que siguió después. Discuten entre
varios lo que había sido mi secreto a una amiga. Un serio y preocupado
Enrique llega a mi casa. Se veía angustiado cuando abrí la puerta me
perdí otra vez y como siempre en sus hermosos ojos negros, los besos
apasionados los abrazos en el umbral de la casa de Peñalolén. Dice Laura
que él “Era tremendamente profundo en muchos aspectos, particularmente
en lo político, se ponía muy serio, reflexionaba, debatía, escribía. Yo
admiraba eso, su compromiso total con mi país. De hecho dejó su vida en
Venezuela y su la familia, a cambio de nada, solo la idea del
internacionalismo proletario, su compromiso revolucionario cuando sólo
tenía 20 años”. “Pero en las relaciones amorosas quizá era inmaduro”.
Finalmente no había embarazo. Laura le transmite la noticia con una
mezcla de alivio y tristeza. Caminaron hasta el paradero de microbuses.
Enrique empieza a hablar después de un largo silencio, ante la extrañeza
de la muchacha:
- No sé como decirte esto –. Hace una larga pausa y continúa. -Sabes Laura… es que yo… es que tengo otra novia, una novia que se llama Claudia.
Claudia era una
mujer un poco mayor que Enrique, independiente, venía de una familia de
clase media alta, sin afiliación política y no vinculada al gobierno de
la UP. Se conocen en la facultad de ingeniería, pero ella esta en los
cursos superiores. A su llegada le brindó apoyo y comprensión. Había una
mezcla de amor y agradecimiento, de alguna manera simbolizaba la
estabilidad del hogar, de la familia apartado de el pero seguro que
tendría donde volver siempre. Ante la respuesta de Laura de terminar
inmediatamente con él, Enrique la quiere detener, que entienda que la
ama, que la necesita, pero es una situación difícil. Laura no entendió
ese mensaje, se indigna y lo abandona antes de llegar a la estación de
autobuses.
Tres días
después, con la angustia de no saber nada de Enrique, queriendo aclarar
sus dudas, Laura decide buscarlo el 7 de septiembre. Hace el recorrido
desde Peñalolén hasta el centro de Santiago, camina a trancos grandes, a
veces corre por la Alameda, la situación era tensa, había protestas de
la oposición, grupos de la UP, “quería llegar rápido, estaba enojada y
enamorada, quería decirle ¡qué putas! ¿qué se imaginaba?, que cómo era
posible que me dejara. Quería decirle que lo había extrañado, que todas
las horas eran eternas sin la esperanza de verlo, ”decirle que se fuera a
la mierda, pegarle, no sé¡ hacer algo como terrible y voy caminando
hacia su casa y veo que él está en cuclillas al lado de una citroneta… y la persona en el carro con la puerta abierta era una mujer”
Laura se
detiene, quiere devolverse pero es tarde, decide seguir caminando y
deslizarse hacia la nada, su corazón estallaba de emociones mezcladas y
contenidas. Al pasar a su lado Enrique se levanta sorprendido y la
saluda nervioso. La mujer sale del carro y la mira con actitud
desafiante. Laura enmudece. Enrique presenta a las dos mujeres con un
murmullo indefinido, pálido, - Claudia –dice la mujer mientras extiende
su mano a Laura que sigue sin poder articular una palabra y “con ganas
de gritar, de pegarle a Enrique, de tirarme al suelo a llorar
desconsoladamente.” “…me doy cuenta que la Claudia era una señora señora
mayor, más grande”. Laura se derrumba, da por perdida la batalla,
piensa que esta es una mujer organizada, con una vida hecha y que él no
la va a preferirla a ella que era una muchacha, “ella es una señora
grande una mujer mucho mayor que yo y mayor que él. En ese momento yo
pienso ¿qué voy a hacer aquí? ¡nada que hacer!”.
Intenta salirse
del infeliz encuentro y Claudia la increpa -¿Qué viniste a hacer? ¿a
dónde vas? -No, no yo pasaba por aquí y ya me voy… Enrique no
articuló palabra, no supo qué hacer, la única que manejó la situación
segura de si misma fue Claudia. Laura sentía que Enrique quería
abrazarla, y entrar ahí en el nido de amor de San Borja, donde tantas
veces fueron felices, donde se imaginaron una vida juntos. La expresión
de sus ojos, la palidez, el silencio, les demostraba a ambas que
Enrique tampoco lo había pasado bien esos días sin ella. Ella quiso
irse sin mas ceremonia y el la detuvo, la abrazó, un beso en la frente,
otro en la mejilla, ante la atónita mirada de Claudia. Le susurró con
un hilo de voz adolorida –cuídate, te amo. Laura sintió el calor de su
pecho y respondió al abrazo y al susurro con un llanto quedo,
apretándole el alma. Ambos estaban mal, había quedado tanto por decir.
“Esa fue la última vez que lo vi”.
Golpe mortal / adiós para siempre
Cuatro días
después se produce el esperado golpe contra Allende. “Estoy en mi lejana
comunidad y lo primero que pienso es en Enrique, él estaba muy metido
con el trabajo en los cordones con el MIR. Ruidos de aviones sobre el
cielo tranquilo de Santiago, muy temprano. “Ponemos la
radio Magallanes… la Corporación primero”. Los obreros y militantes
escuchaban siempre La Radio Corporación pues transmitía al país de
izquierda. Y de repente la Corporación deja de escucharse. Rápido
Laura salta sobre la radio y localiza la señal de la radio Magallanes…
El Presidente se dirigirá al País. últimas palabras de Allende…
terrible… terrible. Desde Peñalolén Alto se asoman las casas de la
comunidad de la juventud de Laura, desde ahí junto a sus padres
contempla el bombardeo a la Moneda. Allende estaba muerto, se habían
desatado los demonios contra todo aquello que lo recordara. “En lo único
que pienso es en Pellizco y en las torres de San Borja porque decían
que las torres estaban siendo bombardeadas eso es lo que decían, después
me entere que habían sido allanadas. Entonces pienso en Pellizco y lo
único que quiero es en bajar a ver cómo se encuentra, dónde está, cómo
está. No dormí nada. El miércoles 12 fue un caos, no pude salir. El
jueves 13 bajo de mi casa a buscar a Enrique”. Pide aventón y
paradójicamente es una patrulla de carabineros que la traslada hasta la
avenida Irarrázaval, camina por la avenida 10 de julio, por la av.
Portugal, se dirige a la Alameda hasta llegar a San Borja. Intenta
ingresar, está todo cerrado, no se puede pasar. Hay militares por todos
partes. Alguien le comenta que allanaron a los extranjeros, le muestra
el bando militar. Abandona la idea de ingresar a la Torre y decide ir a
buscar en el departamento de Abelardo otro de los amigos de Enrique.
Camina por la
Alameda en dirección contraria, hasta llegar a la avenida del Ejército,
pretende llegar a la calle Gay. “mi objetivo principal fue siempre
encontrarme y reencontrarme… y encontrar a Enrique, a Pellizco, para
que se vaya, que por favor se vaya a la embajada que no se vaya a
meter en nada, ese era mi objetivo principal, por eso bajo de
Peñalolén,”
El apartamento
de Abelardo cerca de la Escuela de Ingeniería de la Chile, cerca de
Beauchef. La hermosa y afligida joven había recorrido toda la ciudad
caminando “después un micrero que iba fuera de servicio me lleva y me
deja cerca por la Avenida Matta”. Laura corre para llegar antes del
toque de queda. Jadeante, transpirando, colorada por el frio y el
ejercicio, toca el citófono, nadie responde, alguien deja la puerta de
ingreso al edificio entreabierta. Entra al 2º piso, la puerta esta
cerrada, no hay nadie dentro ”Me acuerdo que hay un balcón en ese
departamento que tiene una ventanita pequeñita que da acceso al balcón, y
yo por esa ventana me subo, me encaramo a la ventana y me tiró hacia el
balcón” “ Y caigo al suelo” suena la sirena del toque de queda, Laura
respira pegada al piso, falta ingresar a la sala ahora “la puerta del
balcón que daba a otro balconcito mas chico tenía una ventana también
hacia la calle, meto la mano, me cuelgo al balcón y abro esa puerta y me
quedo ahí esa noche, no hay nadie no estaban ni Abelardo ni el viejo
Pepe, me quedo esa noche ya no alcanzo a regresar a Peñalolén”
“La mañana
siguiente muy temprano, llega Diego abre la puerta no lo esperaba, el
tampoco a mi, me asusto, se sorprende y me dice “que haces aquí chica”
le digo que estoy buscando a Pellizco. Me dice “Laura… no sé dónde está,
es el único desaparecido”. Ya es el 14 de septiembre. Los bandos se
sucedían, detenían a montones de jóvenes en todas partes, buscaban a los
comunistas, a los miristas, a los cubanos, a los extranjeros. Era un
caos la ciudad. “Sentí como que me hubieran herido el corazón, me
acuerdo que me tire sobre el sillón y me pongo a llorar porque siento,
presiento que algo terrible, algo grave le pasó” “… Diego me dice que lo
están buscando, “es el único que no está en la embajada, y entonces yo
le digo ¿y tú qué haces acá? y me dice yo también lo estoy buscando” “y
digo bueno hay que salir a buscarlo, hay que buscar por distintos lados.
Estábamos en eso cuando tocan la puerta del departamento con muchísima
furia a culatazos y entra una patrulla grande de militares a allanar el
departamento, nos apuntan con los fusiles y nos tiran contra la pared”.
Pero Diego, en
ese momento, era uno de los mas serios y seguros de sí mismo en el grupo
de los venezolanos. Muy fornido dueño de un gran atractivo, transmitía
fuerza y serenidad. “Me hace un gesto y se acerca al oficial a cargo, le
hace un comentario y este le pregunta ¿Qué hace usted acá, porque no
está en su Embajada? y los otros milicos se meten a las piezas y
empiezan a registrar y llevan libros de distinto tipo, qué sé yo, se los
pescan, los llevan, los bajan y los tiran en la calle; los queman”.
“Entonces le dice que él es venezolano y que la noviecita -ésta chilena-
está embarazada y que pucha no puede abandonarla” “Esa historia nos
salva a los dos, el tipo le dice ya, usted tienes dos horas para
desaparecer de acá, se tiene que ir a su embajada porque si yo lo
encuentro acá me lo voy a llevar” “Diego era un tipo, como te digo de
temple, le decían el huaso era un tipo fuerte, pero muy
controlado. Y salimos a la calle y yo le digo; Diego vete tú, el insiste
que me vaya a la embajada que había miles de asilados, rechazo esa
propuesta, debo seguir buscando a Enrique. Pero nos tenemos que
encontrar de nuevo, tengo que buscar a Pellizco hay que buscarlo,
entonces le digo: mira yo voy al regimiento, voy a ir al Tacna, voy a
ir a ver las listas y al Estadio Nacional. En el regimiento me entero de
otros lugares y los recorro uno por uno. Busco las listas. Cada día o
cada dos días nos a encontrábamos en el departamento de Abelardo. La
ultima vez, me dice con un dolor y un llanto amargo “lo encontraron
Laura … lo encontraron… en la morgue…” “Mi mundo se desmoronó, me vine
abajo, creí morir yo también de dolor, de pena terrible, de impotencia
ante la injusticia” “Diego me dice que lo van a pasar a buscar para ir a
la morgue a reconocerlo. Serán Toño el primo, Elena y Claudia”.
Solo les habían
permitido ingresar junto con el embajador a 4 de sus compañeros, desde
ahí, sin ningún homenaje, iría directo al aeropuerto para ser trasladado
a Venezuela. “Diego el hombre fuerte estaba roto en ese instante, me
miró con los ojos inundados, comprendiendo mi dolor” “Y me dice: yo no
iré; ¡vas tú! –decide-. ¡tú lo vas a despedir!” “lloro agradecida, él
sabía que yo lo amaba demasiado y que él a mi también me amo”. “Claudia
pasa al poco rato, toca la bocina y Diego desde arriba le dice “no, no,
yo no voy con ustedes, va Laura, ella va por mi”.
“Y nos vamos a
la morgue –Claudia me miro no se si con odio o compasión- fuimos en
silencio, ella manejaba. En la morgue hay mucha gente afuera esperando
para reconocer a su gente, familias llorando. Nos hacen pasar por un
lado y nos dicen que esperemos”. Había otros depósitos que al
entreabrirse las puertas se podía observar imágenes escalofriantes
“personas con el pecho destrozado, al lado de la pieza donde estaba
Pellizco sobre una mesa de mármol. Ahí estaba mi Enrique, ahí estaban
mis sueños arrancados de la vida sin explicación“. “Se notaba que su
nariz había sido golpeada y quebrada, estaba tendido de espalda con los
ojitos cerrados, había sido salvajemente golpeado..” Laura hace una gran
pausa, llora, observa el libro de Enrique, lo acaricia. Era finales de
septiembre, cuando a él lo ponen dentro de la urna y en un carro de la
embajada lo trasladan al aeropuerto. Ahí había un avión hércules
esperando para trasladar a muchos jóvenes venezolanos, los mismos que
días atrás se mimetizaban entre nosotros, que llenaban las calles con
sus risas combativas, sus espíritus guerreros, que hablaban de Bolívar
como de un amigo de la infancia.
“Así terminó mi
historia de amor con Enrique. Pude tocar su rostro desfigurado, que
guardaba ternura, sus manos que tantas veces amaron mi cuerpo, que tanto
habían aportado aun siendo tan joven. Pude acariciar su cabello los
rizos negros que eran mi vida. Me despedi, fui la ultima que lo hizo.
Primero Claudia, sus amigos y después yo. Claudia y Elena me apuraron,
Toño y me ayudo a separarme de Enrique. Nos subimos al auto y me llevan
a un restaurant chino que le encantaba a Enrique en la calle Agustinas,
en pleno centro, ahí se juntaban los venezolanos los viernes. Yo fui
muchas veces con él y las chicas que atendían me conocían. Cuando
llegamos esas compañeras también de izquierda fueron las únicas que ese
día me abrazaron y lloramos juntas la muerte de mi Enrique. lo único que
yo quería era eso, un abrazo y llorar desconsoladamente”.
Después de ahí,
la Claudia se ofreció a llevarme, pero yo insistía que podía irme sola,
no quería que ella me llevara ella sabía de mi tanto como yo de ella.
El se encargo de enfrentar a las dos mujeres que había amado. Finalmente
no pude negarme y me vi, yendo a mi casa, sentada en el Fiat 600, al
lado de Claudia. Ella también lloraba. Me interrogó, me increpó me habla
de su historia con Pellizco. No quiero explicar no quiero entender
nada. Llegó a mi casa desecha, mi madre me ve, me dice hija ¿qué pasó?
me tiendo en mi cama y lloró por muchos días. La antesala de una
depresión muy fuerte”
“Después de eso
me vuelvo encontrar con Diego el se fue de los últimos, entraba y salía
de la Embajada de Venezuela, era impresionante ese hombre, se
contactaba con la alta dirigencia del MIR en la clandestinidad. Él me
pide que lleve cartas y cosas, y es así como fui enlace entre los que
estaban asilados en la embajada y los que estaban clandestinos. Había
unos brasileros en la Embajada de Venezuela, me piden unos films que
tenían en el Oriente de Santiago, una casa de muchos recursos, voy saco
las cosas y las llevo a la embajada. También hay otros compañeros que
vienen de Portugal, me piden que recupere algunas cosas de su
departamento, porque salieron con lo puesto, voy a su casa, voy al lugar
donde arriendan saco algunas cosas y se las llevo”. Me sentía útil.
Pensaba en Enrique y me llenaba de vida y de su alegría contagiosa.
“Un dia, el que
ahora era mi gran amigo, Diego, se despide me dice que se va que lo
tienen fichado que su vida esta amenazada. Ha iniciado el año 74. Sale
el último avión de venezolanos, chilenos, gente de la Embajada que se va
al aeropuerto, fue terrible eso también, porque mientras estaba en la
Embajada, sentía que hacia algo por Enrique, que él era el contacto
todavía”. Cuando se instalan las comisiones por la verdad yo fui a dejar
testimonio de su historia, pero no tenía nada más que su recuerdo y mis
lagrimas. Por eso su historia esta inscrita en la historia chilena.
Volví.. yo
volví muchas veces, yo vi a mi Enrique caminando por ahí, entonces yo
iba, pasaba cerca de San Borja, entrecerraba los ojos y podía verlo y él
venia siempre feliz a encontrarme con su hermosa
sonrisa, su mirada que era mi luz. Durante mucho tiempo yo iba subía
una y otra vez, muchas veces a San Borja, a la Torre, a su puerta, me
sentaba en la escalera, lloraba.
*Recreación
de una historia real. Basada en la vida de Enrique Maza Carvajal.
Inspirada en la entrevista realizada a la Sra. María Laurence Flores.
Incorpora extracto del libro Camarada Enrique.
[1] Inaugurado el 3 de abril de 1972, con motivo de la realización de
la III Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo de las Naciones
Unidas (UNCTAD III). Su construcción había demorado menos de un año y
era orgullo de pueblo y gobierno socialistas. Posteriormente, Pinochet
denomina Diego Portales a edificio emblema de la UP y centro de
ebullición política, social y cultural.
http://www.telesurtv.net/opinion/La-pasion-indispensable.-Camarada-Enrique--20160912-0008.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=43&#
El joven venezolano Enrique Maza Carvajal fue brutalmente asesinado en Santiago de Chile por las fuerzas represoras de Augusto Pinochet el 12 de septiembre de 1973.
La periodista Cris González ha investigado durante años aquel crimen de la dictadura. Aquí su relato.
sergio
Camaradas, hay gente que cree de verdad que la derecha viene a
resolver los problemas, pobre de ellos en un supuesto negado, que esa
gente sea gobierno por un golpe de estado, cuantos amigos tendran que
llorar y ojo estoy hablando de amigos chavistas que hoy toman y comparte
con amigos de la oposicion, seria triste estar del lado de ellos, los
opositores, me pregunto, como puede vivir una gente con esta verdad hoy
en chile, cuantos chilenos que de buena fe creyeron en esta gente no se
arrepintieron luego, saque usted mismo sus conclusiones.
NO PUEDEN VOLVER NUNCA. CHAVEZ VIVE LA PATRIA SIGUE……………
http://ciudadccs.info/enrique-maza-carvajal-compromiso-revolucionario/
CAMARADA ENRIQUE ”, LA HISTORIA DE UN JOVEN VENEZOLANO QUE MURIO LUCHANDO JUNTO A LOS OBREROS DEL CORDÓN VICUÑA MACKENNA EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973.-
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El joven venezolano Enrique Maza Carvajal fue brutalmente asesinado en Santiago de Chile por las fuerzas represoras de Augusto Pinochet el 12 de septiembre de 1973.
La periodista Cris González ha investigado durante años aquel crimen de la dictadura. Aquí su relato.
2 comentarios en “Enrique Maza Carvajal, el compromiso revolucionario”José Alberto Feo D
sergio
NO PUEDEN VOLVER NUNCA. CHAVEZ VIVE LA PATRIA SIGUE……………
http://ciudadccs.info/enrique-maza-carvajal-compromiso-revolucionario/
Cris González: Enrique Maza Carvajal a 43 años de su asesinato
(Afiche) Homenaje a Enrique Carvajal, la única victima venezolana del golpe chileno
CAMARADA ENRIQUE ”, LA HISTORIA DE UN JOVEN VENEZOLANO QUE MURIO LUCHANDO JUNTO A LOS OBREROS DEL CORDÓN VICUÑA MACKENNA EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973.-
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"...Es necesario aclarar que el cooperativismo en el país no
corresponde a su exacta definición ya que existen patrones que explotan
al resto y trabajadores que en este momento no cuentan con derechos
laborales.
Los dirigentes de las dos organizaciones que representan al cooperativismo, la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (FENCOMIN) y la Confederación de Cooperativas de Bolivia (CONCOBOL), intentan negar el derecho a la sindicalización planteando que no pueden existir sindicatos porque todos son socios, negando que bajo la figura de socios están trabajadores eventuales, sin derechos de seguridad social o salud, además de trabajadores terciarizados o subcontratados por algún socio que en los hechos llega a ser patrón. .."
Los dirigentes de las dos organizaciones que representan al cooperativismo, la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (FENCOMIN) y la Confederación de Cooperativas de Bolivia (CONCOBOL), intentan negar el derecho a la sindicalización planteando que no pueden existir sindicatos porque todos son socios, negando que bajo la figura de socios están trabajadores eventuales, sin derechos de seguridad social o salud, además de trabajadores terciarizados o subcontratados por algún socio que en los hechos llega a ser patrón. .."
Muchos venezolanos mártires deben ser agregados a la lista, entre otros RAFAEL OLMOS CALVO, también asesinado en Chile. Sus padres,Rafael y Angeles, residentes en Puerto Cabello para esos tiempos, movieron el mundo desesperados para encontrar a su hijo vivo o muerto . Nunca se supo nada.Los padres de Rafael se fueron a España de donde son oriundos y, si aún viven, deben residir el Puerto Real (Cádiz).
Es la amarga historia que alguna vez deberá ser contada